jueves, 29 de diciembre de 2011

Dos excelentes revistas on line: Corpus y Otros Logos.

Estimadxs: Compartimos con ustedes, las direcciones de dos excelentes revistas de acceso abierto:    

Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americanahttp://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus/index Revista semestral electrónica de divulgación, análisis y crítica de fuentes inéditas o desconocidas sobre la historia o etnografía de los pueblos originarios,  campesinos, discusiones en torno a raza, y a otras alteridades del continente americano. En este número, un muy interesante debate sobre genocidio.

Otros Logos. Revista de Estudios Críticos: http://www.ceapedi.com.ar/otroslogos/index.htm 
publicación electrónica del Centro de Estudios y Actualización en Pensamiento Político, Decolonialidad e Interculturalidad -CEAPEDI- de la Universidad Nacional del Comahue. Su propósito es dar a conocer investigaciones humanísticas y sociales que propendan a cuestionar la unidireccionalidad de la episteme moderna.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Entrevista en Mu, el periódico de La Vaca.

Con enorme gusto les queremos contar que el periodico Mu de La Vaca.org, nos entrevisto por la publicación del libro. La nota acaba de salir publicada en el último numero dedicado al 19 y 20 de diciembre.
Figura con el titulo "Feminismo al borde: Grupo de estudio sobre poscolonialidad y género", y el siguiente copete:
Creando espacios de diálogo, teoría y reflexión, este grupo académico se propone hacer del feminismo una cosa de negras, indígenas, marginales y explotadas.
Para quienes deseen verla, esta subida en http://lavaca.org/mu/mu-edicion-de-verano-que-se-vayan-todos-2-0/, o bien en los kioskos también se consigue.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Entrevista realizada a la Dra. Bidaseca

Karina Bidaseca: “Frente a la crisis europea, estamos viviendo una primavera de los pueblos latinoamericanos y un proyecto colectivo regional”. 

Reportaje de Ana Engelman y Vicente Russo
Entrevistamos en exclusiva a la socióloga Karina Bidaseca. Doctora en Ciencias Sociales, se desempeña como Profesora Adjunta a cargo de la Cátedra: “La sociología y los estudios poscoloniales. Género, etnia y sujetos subalternos” en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y es Investigadora Adjunta del CONICET. En esta oportunidad analiza la crisis europea desde una perspectiva que atiende la “colonialidad del poder” y su impacto en América Latina. También reflexiona sobre el fenómeno de la feminización de la pobreza y la problemática de la violencia. Leer más.
¿Considera que en el contexto actual de crisis del capitalismo global que se manifiesta en Europa, los procesos políticos latinoamericano se perfilan, de algún modo, hacia una problematización de ese esquema de centro-periferia relacionado con la “colonialidad del poder”?
Es interesante trazar esta relación porque, puede decirse que existe una primavera de los pueblos latinoamericanos y un proyecto colectivo regional. La crisis de Europa cambia el lugar desde donde mirar, porque la mirada siempre estuvo atenta al centro y, si bien ahora lo sigue estando, también se da la emergencia de proyectos que realizan una crítica a las limitaciones de la modernidad o a los aspectos más negativos de esa modernidad. Pareciera que esas búsquedas (desde las ciencias sociales, sobre cómo mirar ese mundo moderno colonial) que comenzaron desde fines de los ´80 ahora tienen un contexto interesante, como un soporte que se ha materializado, y esto permite replantear esa crítica a la modernidad desde la “colonialidad del poder” o, en términos de A. Quijano, del “poder, del saber y del ser”. Asimismo, permite repensar las nuevas condiciones de la época porque, desde esa perspectiva, cuando uno trabaja con conceptos que parecerían perimidos (“imperialismo”, “neocolonialismo”, etc) lo que encuentra como búsqueda teórica es la necesidad de reconceptualizarlos. Allí es interesante señalar algunas cuestiones. En primer lugar, algo que Edward Said señalaba, es que el “imperialismo” ha caído en desuso como concepto dentro de las ciencias sociales; lo mismo ha sucedido con la noción de “colonialismo”. Ambos términos habían sido embanderados por los movimientos políticos, incluso en los setenta y fue perdiendo fuerza, conceptualización y capacidad de explicar situaciones interesantes. Una década atrás, de la mano de T. Negri en “Imperio” hay un regreso del concepto pero es claro que no daba demasiado lugar para pensar nuestra América Latina. Ahora bien, en una etapa posterior se construye una perspectiva interesante, desde los esquemas teóricos y los movimientos políticos que tiene que ver con la reemergencia del movimiento indígena, los movimientos afro; entonces, desde abajo también operó un movimiento interesante para poder actualizar la mirada de la propia teoría. En tal sentido, también tendremos que estar atentos a ver qué pasa con los “indignados” como movimiento, si es como ciertos intelectuales se apresuraron a decir, que se trata de movimientos burgueses que no están cuestionando el sistema (y sólo se manifiestan en función de lo que ocurre con sus propios bienes, sus trayectorias vitales y laborales). Considero que los intelectuales no deben apresurarse a decir qué son estos movimientos, sino ir mirando para qué lectura se puede hacer de ello; en este sentido tendrá que considerarse cuál es el proceso de resignificación que ejercen estas protestas en EE.UU., en Wall Street, en Europa, que obliga a que este “nuevo orden mundial” tenga que ser releído.
¿Qué patrón común encuentra en estos fenómenos emergentes que describe?
Al menos lo que sucede en España, y sobre todo en la reciente elección presidencial, allí se escuchaban voces que tenían que ver con un retroceso respecto de los logros conquistados luego del franquismo, con la democracia que se había construido. Entonces surgen los interrogantes sobre cómo es posible que ahora avance la derecha, el neoliberalismo y las políticas internacionales indicando a los gobiernos lo que tienen que hacer en detrimento de las poblaciones. En ese sentido me parece interesante la lectura que acerca de la relación democracia/capitalismo. Ahora bien, esto es algo que uno percibe que no nos está sucediendo a nosotros a nivel país y en ciertos países de Latinoamérica. Se trata de un proceso que se ha expandido en términos de derechos o demandas: el movimiento indígena en Bolivia y Ecuador, la emergencia afro en Colombia y en la Argentina misma. La lucha de los pueblos indígenas, de las mujeres, las diversidades sexuales y la discusión del derecho al aborto (que es una materia pendiente que nos ha quedado dentro del movimiento y es una bandera que todos debemos levantar). En relación al aborto, hay que seguir buscando los modos de dar el debate; se trata de una situación grave porque evidencia la desigualdad de género: como muestran las estadísticas, las muertes por aborto son muertes por desigualdad. En términos de democratización, si bien todavía falta, estamos ante un proceso muy interesante, marcado por la recuperación de los derechos humanos.
Ud ha trabajado en la “conceptualización nativa” de la pobreza femenina, ¿Qué es la feminización de la pobreza? ¿Qué diferencias asume con la condición masculina de pobreza?
La etiqueta de “pobre” nace muy ligada a organismos internacionales, al BID y las políticas de ajuste focalizadas; entonces “la pobreza” y “el pobre”, se transforma en ese sujeto que en realidad es el explotado. La “pobreza” ocluye una situación de clase, de explotación. Es interesante verlo en términos femeninos porque esa es la feminización de la pobreza. Han crecido muchísimo el porcentaje de jefas de familia mujeres que sostienen sus hogares en condiciones muy precarias, sobre todo en América Latina. Allí hay que mejorar en las políticas, ya que cuando se plantean hacer políticas con enfoque de género, uno encuentra que muchas veces no está bien tratado el dato, porque se ve al género como solo una distribución de roles. Cabe rescatar algunos estudios económicos, encuestas de “uso del tiempo”, respecto las actividades de las mujeres: lo que es interesante es que en las mujeres recaen los trabajos de asistencia, educación, de cuidado de niños, de ancianos, y sigue reproduciéndose esa misma lógica por la cual la mujer termina sobrecargada porque tiene un alto impacto en el mercado laboral que a su vez no se condice con la igualdad de género, porque no gana igual salario que un varón. Si una persona externa pregunta por la masculinización de la pobreza y la feminizacion, es cierto que la mujer ha conquistado muchos logros en el mercado laboral, pero tiene muchas otras pérdidas y otras desigualdades. Entonces, también hay que mirar el fenómeno desde ese lugar. Lo que nos interesaba de las conceptualizaciones relativas de la pobreza era desvictimizar a la mujer y tratar de ver cómo se intersectan la clase, el género, la raza, la etnia, es decir si la clase fue históricamente la dimensión clave para ver a los sujetos explotados, las políticas culturales también trabajaban sobre el lugar del sujeto oprimido; de este modo, en la mujer se superponen varios registros. El propio concepto de “mujer” entra en crisis: en los ´80 las teorías performativas de Butler realizan esa operación. En realidad hay que ver allí cómo se vuelve a hacer una lectura cuando se habla de políticas públicas con enfoque de género y terminan reproduciendo los mismos roles asignados a las mujeres. La mujer es la que no solo tiene que confinarse nuevamente en el espacio doméstico sino que vuelve a trasladar su puesto a la falsa dicotomía privado-publico, y es un dato interesante a discutir, porque las políticas que apuntan a ese lugar están reproduciendo el sistema tradicional de dominación y ahí hay que ver si se victimiza o no como pobre, porque se está restando capacidad agencial. Entonces, nosotras queríamos discutir precisamente eso: estos cambios cuando se habla de feminización de la pobreza, cuando se habla de las mujeres, de las travestis, las políticas de la diversidad sexual; tenemos que estudiar mejor, en ese marco, los lugares que ocupan como subalternas.
En relación a lo que mencionaba anteriormente respecto que las políticas públicas neoliberales eran focalizadas, ¿cree que estamos cambiando el eje, considerando, por ejemplo, medidas como la AUH?
Si, absolutamente, creo que hay un giro importante allí. Obviamente, la lectura fue que las políticas de ajuste sirvieron para poner parches que terminaron siendo políticas tan focalizadas que perdieron de vista absolutamente todo. La universalización es interesante porque además es una reestructuración del sistema, si lo pensamos en referencia -por ejemplo- a lo que está sucediendo en Salta con los planes sociales. En relación a debates con otros colegas se advierte que en Salta, los planes permiten a las mujeres volver a recuperar tierras. Y es interesante esa lectura, porque la visión tradicional sobre los planes se vincula que ver con la discriminación y la estigmatización que señala que el que recibe el plan “es vago”, es decir, hay un estereotipo sobre los beneficiarios. Y aquí lo que se veía en un área rural indígena en Salta era que el plan permitía recuperar la tierra y el territorio y empezar prácticas de empoderamiento. Se trataba de mujeres que habían sido empleadas domesticas en casas de mujeres criollas o de clases medias altas de Salta, explotadas, con salarios bajísimos, y que en realidad querían tratar de repensar su proyecto a futuro con los hijos, etc. Es un movimiento que empiezan las mujeres, porque son las que tienen el plan, pero a su vez el valor del plan es el techo de lo que cada trabajador o trabajadora puede exigir cuando entra en una negociación patronal, entonces era interesante que eran explotadas en el servicio doméstico, en trabajos semiesclavos, etc, y el plan establecía un valor y de ese valor no se descendía. En tal sentido la continuidad de planes como la AUH, su  universalización y su relación con la educación (que los chicos puedan terminar la escuela) y todo lo que eso va articulando, se vincula con la capacidad de empoderar a las personas.
Al analizar la exclusión social, ¿Cuáles son los principales aspectos donde se cruzan el racismo y el sexismo?
Racismo y sexismo en realidad son dos pilares de la modernidad: cuando hablamos de racismo y sexismo estamos hablando de una unidad indisociable. Al reflexionar sobre el sistema-mundo moderno, I. Wallerstein señaló cómo estos dos pilares sostienen la modernidad capitalista en torno a la exclusión. La “exclusión” es un concepto difícil; nunca me gustó hablar de “exclusión social” porque en algún punto se relativiza, ¿de los sistemas capitalistas?, ¿del orden simbólico?, ¿de qué lugar? A mí nunca me cerró el concepto, que viene del fin de la “sociedad salarial”. Cuando se replantea eso, en una sociedad como la nuestra -que está tendiendo a la integración y la inclusión social- eso no quiere decir que no se sigue reproduciendo una lógica racista y sexista. Esto se ve en forma cotidiana: durante la toma del Parque Indoamericano, en las poblaciones indígenas no solo en el campo, sino también entre jóvenes indígenas que habitan la ciudad y que son discriminados y estigmatizados por su color de piel, por sus costumbres, etc. Yendo más lejos, mencionemos el famoso “fallo Oyarbide” que, unos años atrás en relación a los talleres clandestinos de costura, afirmaba que las situaciones de explotación laboral que se estaban reproduciendo en población boliviana, se asociaban a costumbres ancestrales del Ayllu. La lógica que primaba allí era absolutamente racista.  Esas situaciones uno las puede ver en lo cotidiano, en insultos propinados sobre las mujeres afro, sobre todo las mujeres que son las que a menudo ponen más en el núcleo de la cuestión el tema de ser cosificadas por su color de piel y por su cuerpo en la calle. Entonces, transcurre en el racismo cotidiano y en el institucional, porque el racismo se ha institucionalizado, y el sexismo también: uno prende el televisor y lo ve todo el tiempo.
Hay algo muy interesante que tiene que ver con la “colonialidad del género”, que habilita a pensar el racismo y el sexismo en el sentido que esa lógica de la “colonialidad del poder, del ser y del saber” lo que ha hecho es hipersexualizar los cuerpos de las mujeres afro y desexualizar los cuerpos de las mujeres indígenas, como más cercanas a un animal que reproduce fuerza de trabajo. Ese cuerponegro, llevado al nivel de la pornografía, se ha hipersexualizado en detrimento de otro cuerpo. Esto es interesante y tiene que ver con esa lógica colonial. Cuando hablamos de “sistema colonial” lo que estamos diciendo es que África y América latina son inseparables. Uno no puede pensar dos continentes en forma separada porque lo que producido y logrado esa modernidad es que hombres libres cruzaran el océano y se convirtieran en esclavos en América. Esa lógica hace que tengan que pensarse como si fueran una misma unidad. En este sentido, juega mucho, obviamente, lo que ha sido la modernidad en América, lo que representó el genocidio indígena, para el pasado esclavista colonial y como eso fue construyendo una memoria esclavista, colonial, que va dejando huellas y sedimentaciones.
Desde el 2003 se han implementado normas tendientes a la protección de los derechos de las mujeres ¿Qué valor le encuentra a medidas como la  ratificación del Protocolo Facultativo de la CEDAW o la Ley Nacional de Protección integral contra para erradicar la violencia contra las mujeres?
Justamente la violencia de género es el tema que queremos estudiar de aquí en adelante. A nivel legislativo han habido medidas importantes y aun no tienen su correlato en la práctica cotidiana. La violencia de género está muy presente, se ve todo el tiempo, y no hay cambio cultural posible si no nos compromentemos. Con esto me refiero no solo a la violencia de género -el caso de La Plata es uno de los últimos más espeluznantes-, sino también a la violencia doméstica -con casos como el niño de Lincoln. Hay diferentes especificaciones que deben ser abordadas. En este sentido, el cambio cultural de género es el cambio que se da más lento en la historia. Rita Laura Segato, en su libro: “Las estructuras elementales de la violencia” trabaja muy bien esta cuestión. A partir de una demanda del Estado a la universidad para estudiar la violencia de género en Brasil, ella analizó los elementos de la violencia. Es un fenómeno que siempre existió y no tenemos datos que puedan decirnos si hay más o hay menos casos. Ante este escenario, considero que lo que ocurre en Ciudad Juárez, México, habilita a repensar esta cuestión en América latina. Cabe preguntarse hasta qué punto Ciudad Juárez -donde hay un fenómeno de violencia inusitada contra las mujeres- no abre la puerta de entrada a otro tipo de violencia. Se habla de “guerras difusas”, por ejemplo, y entran a jugar muchas de hipótesis. En el caso de Segato, esta autora habla del “cuerpo femenino mutilado”, en donde el cuerpo es un medio para depositar un mensaje, no es un fin en sí mismo. Casualmente, recientemente la Corte de la Ciudad de Buenos Aires realizó una jornada internacional para tratar el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el “Campo Algodonero”, es decir del caso de Juárez. Este tipo de actividad, de la que participó la ministra de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Carmen Argibay, sirve para analizar las herramientas que contamos y sobre cómo profundizar el trabajo formal que se está haciendo en nuestro país. Por otra parte, aparece un dato muy interesante, que nos interpela como académicos, que tiene que ver con que el fallo de Juárez -cuando es llevado a la CIDH-, reconoce que las muertes fueron por violencia de género pero no reconoce el concepto de feminicidio como un término que puede tener status jurídico y que pueda aplicar como genocidio. Eso representó una pérdida para el movimiento de mujeres y tiene que ver con algo que, en su momento, remarcó la Presidenta de la CIDH en una entrevista que le realizó la periodista Mariana Carabajal. La jueza expresó que la categoría de feminicidio no podía ser tipificada de ese modo porque ni la academia ni los movimientos sociales se ponen de acuerdo en qué es exactamente. Siendo visto como un proceso muy ambiguo en donde entra todo tipo de violencia, hasta que no haya claridad en su conceptualización, ese concepto “no existe”.
En suma, si bien en Argentina hay programas como el que coordina Eva Giberti a nivel nacional o el que realizan en la “Casa del Encuentro”, queda mucho por hacer. Debemos trabajar desde la base, desde el fundamento. No podemos trabajar de otro modo que no sea capilarmente y esto incluye hacerlo desde la academia, la militancia y la política pública. Cuando hablamos de violencia, un dato interesante tiene que ver con la dicotomía de lo privado y lo público. Considero que hay lugares, conceptos que hay que desactivar. El Estado se desresponsabiliza cuando la violencia ocurre en el ámbito privado, entonces si seguimos sosteniendo la dicotomía privado/publico, estamos empeorando las cosas. Por todo esto, el trabajo contra la violencia de género incluye varios frentes.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Volver siempre a Fanon



por Karina Bidaseca
¡Oh cuerpo mío, haz siempre de mí un hombre que interroga! Frantz Fanon,
"Piel negra, máscaras blancas"
In memorian

A 50 años de su muerte y en el Año Internacional de los Afrodescendientes, la discusión acerca de la vigencia del pensamiento de Fanon y la retórica de sus textos para interpretar contemporáneamente América latina, y también África u Oriente, es de resultas inconexa. Hoy Fanon regresó a los debates, sencillamente, por la necesidad de un mundo llamado "poscolonial" (uso el término provocativamente). Es frecuente leerlo, por cierto, más entre lo/as intelectuales de la India o palestina/os en el exilio (como se puede apreciar en la Entrevista a la socióloga Elise Aghazarian recientemente publicada en la Revista http://www.idaes.edu.ar/papelesdetrabajo/). Sugestivo resulta que las academias del norte (británica y estadounidense) -donde nacen los estudios postcoloniales a partir de desarrollos teóricos de académica/os, ella/os también inmigrantes, del sur- lograran problematizar, desde enfoques deconstructivistas y postestructuralistas, temas disueltos por el tiempo de las ideologías. Lo cual hace que su procedencia, para alguna/os académica/os de estos lindes resulte, al menos, como dice Alejandro De Oto en "Sobre un vicepresidente y Fanon", un tanto sospechosa. Frantz Fanon se dedicó a pensar la situación de opresión del colonizado y el racismo a partir de su propia experiencia y la del ejercicio de la psiquiatría en Argelia, en los años que aún se encontraba bajo el dominio colonial de Francia. Nacido en Fort-de-France, en la Isla deMartinica, el 20 de julio de 1925, una de las regiones históricamente marcada por el colonialismo. Era uno de los diversos destinos de los esclavos negros llevados a las colonias de los países occidentales para paliar la falta de mano de obra local con la importación de los esclavos de África. De ahí provenía también el poeta de la negritud Aimé Cesaire, maestro de una generación de jóvenes martiniqueños, como Édouard Glissant y el mismo Fanon. En el camino de la independencia, el mapa antillano de la posguerra mostraba estados independientes y colonias o posesiones, y un movimiento intelectual y político dispuesto a trabajar por la descolonización de las Antillas en el marco de la departamentalización colonialista impuesta y la segmentación de la población, en que el desprecio por los negros y sus descendientes implicaba, frente al "espejismo negro", expandir la imaginación del mismo Fanon. Pero murió demasiado joven, el 6 de diciembre de 1961, para poder ver concretados sus sueños. En su Conferencia "Racismo y cultura", pronunciada en 1956 en el I Congreso de Escritores y Artistas Negros, en París, Fanon escribe lo siguiente: (el racismo) "entra en un conjunto característico, el de la explotación desvergonzada de un grupo de hombres por otro que ha llegado a un estadio de desarrollo técnico superior (…) Debe ser abandonado el hábito de considerar al racismo como una disposición del espíritu". Como explica uno de los grandes intelectuales contemporáneos que tenía el hábito de citarlo, Edward Said (1996) (cuyo Orientalismo, vale señalarlo, es el acta fundacional de los estudios poscoloniales): "el racismo se hizo presente como una fuerza decisiva con efectos asesinos en las feroces guerras coloniales y las políticas rígidas e inflexibles que le siguieron. La experiencia de ser colonizado, por lo tanto, tuvo una gran significación en regiones y pueblos cuyas experiencias como dependientes, subalternos y sometidos a Occidente no terminó –para parafrasear a Fanon- cuando el último policía blanco fue licenciado y la última bandera europea cayó" (p. 25). En los últimos años han aparecido varios textos que invocan la obra de Fanon. Según los responsables de la compilación de sus trabajos, titulada Fanon: A Critical Reader, estaríamos transcurriendo la quinta etapa en los estudios sobre Fanon. Otros como The Fact of Blackness, editado por Alan Read; el ensayo de Homi Bhabha "Day by Day… with Frantz Fanon" y el de Stuart Hall "The After-life of Frantz Fanon: Why Fanon? Why Now? Why Black Skin, White Masks?". O bien en "Hegel y Haití: la dialéctica amo-esclavo: una interpretación revolucionaria", Susan Buck-Morss (2006) al preguntarse por qué el tópico Hegel y Haití ha sido ignorado durante tanto tiempo. "No sólo los especialistas en Hegel han fracasado en responder a esta pregunta, sino que han fracasado, en los últimos doscientos años, incluso en plantearlo" (…) "tal vez Fanon haya sido el que estuvo más cerca de ver la conexión entre Hegel y Haití". Todos conforman un abanico de las relecturas de la obra fanoniana, aunque con particulares connotaciones. A propósito, Hall retoma la idea de que una lectura es siempre un nuevo texto para señalar que la lucha por "colonizar el trabajo de Fanon es un proceso en marcha desde el momento de su muerte, y la identificación de la escritura de Fanon en términos de sus «temas marxistas» en los años sesenta y setenta fue, en sí misma, ya el producto de una re-lectura" (pp. 15-16). Síntoma de esta reedición de Fanon, son ciertas acusaciones sobre Homi Bhabha por tratar de crear un Fanon para su proyecto teórico. Es el reproche de Robinson a quienes, según su opinión, desvían a Fanon de la ruta de las lecturas revolucionarias; un reproche dirigido, por cierto, a los intelectuales cercanos a la crítica poscolonial. De otro tenor son las críticas más importantes que provienen del feminismo. A riesgo de caer en una lectura anacrónica, Lola Young, Kobena Mercer, bell hooks y Ray Chow, por citar alguna/os representantes más notoria/os, consideran a los textos de Fanon como discursos totalizantes, o bien critican la "hipermasculinidad" de su discurso. No obstante, y mas allá de estas bifurcaciones y diversas relecturas y apropiaciones, volver siempre a Fanon significa también interpelar al colonialismo clásico y a repensar conceptos como "historia", "raza", "racismo", "negritud", "sexo", "agencia" en las sociedades actuales, que nos posibiliten otro tipo de reflexión teórica sobre el racismo y la colonialidad contemporáneos. Como sugiere Samir Amin (2009) "Piel negra, máscaras blancas propone, sobre ese terreno, un análisis de una perfecta lucidez. El tratamiento de los problemas que se abordan en esta obra nos permite percibir la singularidad (más allá de los banales denominadores comunes) de los desafíos a los que se enfrentan los negros de Estados Unidos, los de las Antillas británicas, los de Brasil, los negros de África en general y los de Sudáfrica en particular." (p. 5). Sin dudas, la reflexión de Horacio Gonzalez no va en la dirección de interrogarnos si es extemporánea la obra de Fanon; o si sus textos sólo pueden ser leídos en la temporalidad de su producción. Sino en los "usos de Fanon" por los que denomina vagamente (pues no nos brinda elementos para comprenderlos por fuera de un bloque monolítico) "poscolonialistas" (aunque podemos intuir que su definición se aproxima más al norte que a nuestro sur, pero es sólo una intuición). A pesar de ello, sí hay algo que me gustaría abordar: ¿Significa leer a Fanon hoy retomar lecturas de revoluciones pasadas (fracasadas)?" Borro intencionalmente el paréntesis para hacer de esta provocación una oportunidad de dialogar sobre lo que Beckett en su obra Worstward Ho (1983) o "Rumbo a peor" sugiere: "Inténtalo de nuevo. Fracasa de nuevo, fracasa mejor". Precisamente es seguir intentándolo, no detenernos, lo que me interpela a esta discusión sobre la extemporaneidad de uno de los representantes más lúcidos del pensamiento afrocaribeño (para recordar su Martinica natal) de poetas negros francófonos, y de las "causas perdidas". Indudablemente son otras las condiciones históricas que las que describe Fanon para las Antillas y para Argelia antes de su independencia. Sin embargo, el mismo García Linera, aludido por Horacio González, en su Conferencia en Buenos Aires en el otoño de 2010 en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, titulada "La construcción del Estado", dio señales importantes en las cuales es posible leer que América y África no pueden pensarse como continentes separados del sistema-mundo, al decir: "Interpretar la experiencia histórica de la descolonización en la Sudáfrica de la posguerra, que ha dejado intacta la base material del poder económico, fue uno los acontecimientos más importantes para que Bolivia iniciase el camino hacia la descolonización política, cultural y económica". El mundo actual se encuentra edificado sobre nuevas formas de apartheid; los nuevos Muros; los barrios marginales; las brechas que separan las poblaciones ricas de las empobrecidas en ghettos (que en el norte son habitados por las diásporas migrantes procedentes de las antiguas colonias, en tanto en el sur, los barrios marginales son habitados crecientemente por inmigrantes indocumentados explotados como fuerza de trabajo en condiciones de semi-esclavitud y/o bajo el régimen de la trata). ¿Acaso no es posible pensar que su pluma puede iluminar este movimiento singular de la historia en que los postulados de la modernidad son sometidos a crítica? Fanon y su obra fue recibida en EE.UU en plena lucha por el movimiento de las Panteras Negras; en América latina, los movimientos de liberación nacional se apropiaron de sus reflexiones para discutir procesos en marcha, no por cierto ligados a la "negritud" pero sí al colonialismo interno. Recientemente, procesos de subjetivación que tienen lugar entre las poblaciones afrodescendientes e indígenas en nuestra región exponen los dilemas y retos que habitaban ya el pensamiento fanoniano. A propósito, ¿no es actualidad su disertación sobre la cultura, el racismo, la cultura nacional y su crítica del etnonacionalismo: los límites de una "cultura negra" que iría a conducirlos, como dijo en el Congreso referido, a un callejón sin salida? O cuando en su libro "Sociología de la Revolución" discurre sobre la mujer argelina y el uso del velo, tan discutido hoy en las sociedades del norte. Bajo el título "Argelia se quita el velo", Fanon interpreta la imposición de las tropas francesas de desvelar a las argelinas. Explica que "En el Maghreb árabe, el velo forma parte de las tradiciones del vestuario en las sociedades nacionales tunecina, argelina, marroquí y libia. Para el turista y el extranjero, el velo caracteriza a su vez a la sociedad argelina y a su componente femenino (…)" (p. 19) Relata cómo los administradores de la ocupación francesa en Argelia "aplicaron al máximo sus esfuerzos para destruir la costumbre del velo" y demuestra cómo fue inventariado el comportamiento de la mujer argelina: "la administración colonial se propone defender solemnemente a la mujer humillada, eliminada, enclaustrada…Se describen las posibilidades inmensas de la mujer, desgraciadamente transformadas por el hombre argelino en un objeto inerte, devaluado y hasta deshumanizado." (p. 21) Los argelinos eran ubicados en el lugar de la barbarie. "Cada nueva mujer argelina que abandona el velo anuncia al invasor una sociedad argelina cuyos sistemas de defensa están en vías de dislocación, abiertos y desfondados." (p. 26) Como interpreta Fanon, es el dinamismo histórico lo que moviliza la discusión sobre el uso del velo. Las discusiones contemporáneas sobre la mujer y el velo, a mi entender, se sitúan después del 11 de septiembre, aunque los discursos dominantes busquen desanclarla de las narrativas históricas ligadas al terrorismo, la guerra, la política antininmigratoria del Norte. Creo, si atendemos a las críticas que imperan sobre los estudios poscoloniales respecto de estar atrapados en los marcos teóricos de una teoría social obsoleta, pero particularmente moderna (atribuible más al propio Said), no parece válido imaginar desechar a un autor como Fanon por su modernidad. Si nos atenemos al purismo intelectual de la temporalidad, perdemos el momento potente de la interrogación, de preguntarnos por ejemplo, por qué, desaparecidos en la mayoría del mundo los colonialismos (sin incluir por supuesto la experiencia palestina), la creación de las naciones no ha resuelto aquellos problemas que a Fanon lo angustiaban: el nacionalismo, el racismo, la ghettificación, las máscaras blancas… Su crítica al etnonacionalismo bien podría ser hoy leída en términos de la lectura contemporánea de los fundamentalismos culturales (religiosos, étnicos, nacionalistas). Fanon escribió, entras tantas frases, ésta: "El Tercer Mundo debe inaugurar una nueva historia del Hombre". Su pensamiento es bienvenido para la narración de nuestra memoria epistémica. Precisamente, porque hay sensibilidades que aguardan recibirlo. Y para recordarnos que, como dice Zizek, vivimos en una ficción de paz. Podríamos así reflexionar sobre la violencia fanoniana mientras transitamos una época de guerras llamadas "difusas" que se llevan adelante, precisamente en el Sur, en nuestros sures. Sin dudas, la apuesta es por estimular los vasos comunicantes a los que refiere Horacio, reinscribiendo las preguntas en el movimiento de la historia. Sin iluminismos, el movimiento de la sociedad significa el más allá del límite epistemológico y temporal. Situados en el Tercer Espacio, asalta aún la posibilidad que el "tercer mundo" pueda desestabilizar el binarismo de la colonización. Tiempo al tiempo. "La revolución: No es limpia, ni bonita, ni veloz" (Pat Parker, feminista afroamericana).
Bibliografía
Amin, Samir, "Introducción. Frantz Fanon en África y Asia" (2009), en Piel negra, máscaras blancas. Frantz Fanon. Madrid, Ediciones Akal. Edición: Carlos Prieto del Campo y Francisco Sanz Esteban & Universidad Nómada.
Bhabha, Homi El lugar de la cultura, Buenos Aires, Ed. Manantial, 2002.
Fanon, Frantz Piel negra, máscaras blancas, Madrid, Akal, (1952) 2010.
Fanon, Frantz Los condenados de la tierra, México D.F., Fondo de Cultura Económica, (1961) 1983.
Fanon, Frantz "Por la revolución africana. Escritos políticos", México, FCE, (1964) 1973.
Lewis Gordon, T. Denean Sharpley-Whiting y Renée T. White Fanon: A Critical Reader. Wiley-Blackwell, 1996.
Parker, Pat, "La revolución: No es limpia, ni bonita, ni veloz", Moraga, Cherríe, y Castillo, Ana (eds.) Esta puente mi espalda. Voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos, Ism press, San Francisco, 1988.
Said, Edward, "Representar al colonizado. Los interlocutores de la antropología", en González Stephan, Beatriz (ed.) Cultura y Tercer Mundo. Cambios en el saber académico, Tomo I, Caracas, Nueva Sociedad, 1996.
Zizek, Slavoj, "Cómo volver a empezar…", en Hounie, A. (comp.) Sobre la idea del
Comunismo, Paidós, Bs. As., 2011.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Conferencia: “Espacios diferentes: Las cartografías imaginarias de Norah Borges”, por Marta Sierra

El Programa Poscolonialidad, pensamiento fronterizo y transfronterizo en los estudios feministas (IDAES), tiene el agrado de invitarlxs a la Conferencia que brindará la Prof. Marta Sierra (Kenyon College, Ohio, USA):

“Espacios diferentes: Las cartografías imaginarias de Norah Borges”

Martes 13 de diciembre de 18 a 20 hs
Paraná 145 5º piso
Aula: E. Tandeter

Lxs esperamos,

Cordialmente
Karina Bidaseca


Marta Sierra es profesora asociada de literatura y estudios culturales latinoamericanos y de estudios sobre la mujer y de género en Kenyon College, en Ohio, USA. Ha publicado numerosos ensayos sobre las representaciones del espacio urbano en América Latina, las conexiones entre medios y literatura, las tensiones culturales en la literatura y arte de vanguardias, poesía y cine de los años noventa en Argentina, y conceptualizaciones feministas del espacio en Argentina y Chile. Sus publicaciones han aparecido en Revista de Estudios Hispánicos, Revista Iberoamericana, Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, Latin American Literary Review, como así también en volúmenes de estudios críticos publicados en Argentina, Chile y Uruguay. Ha coeditado el número especial de Letras Femeninas Global and Local Geographies: the (Dis)locations of Contemporary Feminisms (Letras Femeninas, Summer2007 con Clara Román Odio) y un volumen sobre las implicaciones teóricas de feminismos transnacionales, Transnational Borderlands in Women’s Global Networks: The Making of Cultural Resistance (Palgrave, 2011, editado con Clara Román-Odio). Su libro, Gendered Spaces in Argentinean Women’s Literature, está por aparecer en Palgrave-Macmillan en los Estados Unidos.

lunes, 5 de diciembre de 2011



El Núcleo de Estudios sobre Pueblos Indígenas (NUESPI) y
el Núcleo Interdisciplinario de Estudios sobre Género y Feminismos (NIEGYF)
invitan a la Mesa sobre

GENOCIDIO INDIGENA Y FEMINICIDIO: UNA DISCUSION 
Martes 6 de diciembre 16.30 hs 
IDAES, Paraná 145 5º piso Aula Tandeter 


Expositores: 
Julio Vezub 
Dr. en Historia UNCPBA. Investigador del CONICET en la Unidad de Antropologia y Arqueología del CENPAT, Puerto Madryn. Estudia las etnografías y la sociedad mapuche y tehuelche de los siglo XIX y XX. Es Profesor del Departamento de Histroria de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNPSJB (Trelew). Autor de: "Valentín Saygüeque y la Gobernación Indígena de las Manzanas. Poder y etnicidad en la Patagonia Septentrional (1860-1881), Prometeo. 

Karina Bidaseca. 
Dra. en Cs. Sociales, UBA. Investigadora del CONICET/IDAES/UNSAM. Profesora de UNSAM y UBA. Coordinadora del Programa "Poscolonialidad, pensamiento fronterizo y transfronterizo en los estudios feministas" IDAES. 

Comentaristas: 
Dr. Daniel Feierstein- Dr. Federico Lorenz


IDAES
Paraná 145 
CP 1017-CABA
www.idaes.edu.ar
idaes@unsam.edu.ar